Marihuana feminizada: qué hay que saber

La marihuana feminizada es aquella que crece de las semillas feminizadas. Éstas aseguran a un 99,9% que la planta que nacerá no será macho y, por lo tanto, brotarán de ella las preciadas flores de la marihuana. Esta variedad de semillas es mucho más actual de lo que parece, pues hasta los años 90 sólo se plantaban semillas regulares imposible de conocer su género hasta pasados unos meses de cultivo.

Aparición de la marihuana feminizada

No es necesario remontarse muchos años atrás para llegar a la época en la que, al plantar una semilla de cannabis, la posibilidad de conseguir marihuana feminizada o una planta macho era del 50%. Antes de los 90, las semillas feminizadas no existían, por lo que todo cultivo se realizaba a partir de semillas regulares donde reinaba la incertidumbre.


La revolución de los cultivos llega con la aparición de la marihuana feminizada a partir de las semillas feminizadas. Por supuesto, no apareció por arte de magia ni de forma natural. Fue gracias al trabajo de los bancos de semillas que lograron eliminar los cromosomas masculinos de las mismas mediante distintos cruces y técnicas específicas. 

Esta modificación consiguió que las semillas de marihuana adquiridas como feminizada garantizaran en un 99,9% el crecimiento de una planta hembra, es decir, la posibilidad de ser macho es prácticamente nula. A su vez, el cultivo de estas plantas se volvía más económico y fácil. Hasta este momento, con las semillas regulares, las posibilidades de que aparecieran plantas macho en el cultivo de esa temporada eran bastante altas, arruinando la cosecha de ese año a los autocultivadores.


Diferencia entre la marihuana hembra y macho

La principal diferencia entre la planta de marihuana hembra y la macho es que de la primera brotan las estimadas flores de cannabis y, en la segunda sólo bolsas de polen cuya función es polinizar las plantas de marihuana hembra para que creen semillas. Aquí radica el hito de la aparición de las semillas feminizadas, éstas aseguran la obtención de una cosecha de flores.


Es por esto que, actualmente, las semillas de marihuana feminizadas son las más cultivadas a nivel mundial, quedando las semillas regulares limitadas a la cría de nuevas variedades. Cuando una planta masculina consigue polinizar a la hembra, ésta tiende a descender su producción drásticamente y desciende su calidad. 

Las generaciones obligadas a cultivar semillas regulares estaban forzados a identificar lo antes posible las plantas macho para evitar que polinizaran a las hembras y quedarse sin su cosecha de temporada.

Tipos de marihuana feminizada: sativa, índica, ruderalis e híbridas

Existen cuatro variedades de marihuana feminizada que se diferencian tanto físicamente como por los efectos de sus flores. 

Sativa

Generalmente, las variedades de marihuana feminizadas sativa son menos productivas que las índicas y poseen un ciclo vital más largo. No obstante, el sabor y efecto de las sativas son los más buscados entre los cannabicultores, por lo que la espera de más no es un inconveniente. 

La producción de estas variedades también suelen ser más bajas que las de las índicas, aunque los cogollos son más aireados y esponjosos, lo cual los hacen más resistentes a la humedad y al moho. Además, el nivel de THC de estas plantas normalmente son más altos, con un efecto cerebral y energizante, de sabores tropicales y exóticos. 

La manera más sencilla de identificar las plantas de cannabis es por su configuración física. Las sativas crecen adquiriendo una forma alargada. Su estructura es aireada, permitiendo que la luz llegue de forma más uniforme al conjunto de la planta, ayudándola a desarrollar cogollos más grandes en más ramas. 

La marihuana feminizada sativa crece óptimamente en zonas muy cálidas y con mucha luz. De hecho, funcionan muy bien en territorios cercanos al ecuador, donde las horas diarias de luz son más que en el resto del planeta. 

Índica

Las variedades índicas suelen ser las más productivas y las de menor ciclo vital. Producen cogollos prietos y grandes, aunque es una característica que los hace vulnerables al moho y a la humedad; por lo que será necesario utilizar preventivos para no echarlos a perder. 


Al contrario que las sativas, las flores que aparecen de las semillas de marihuana feminizadas índicas son conocidas por sus efectos relajantes y, en ocasiones, sedantes. Los sabores dulces y terrosos suelen cautivar a los aficionados al cannabis. 

Poseen una figura muy reconocible: durante el crecimiento adoptan una forma similar a la de los árboles de Navidad, tipo abeto. Su baja estatura convierte a las variedades índicas en perfectas para cultivo de interior, aunque en muchas ocasiones será necesario manipular su estructura mediante poda aplicada o un LST (Low Stress Training).  De esta forma, se busca que la luz incida en la mayor parte de la planta posible para el mejor desarrollo de todos sus cogollos. 




Ruderalis

No es común cultivar el cannabis ruderalis, pues una de sus principales características es que crecen de forma silvestre en las zonas más frías del planeta. Además, son plantas pequeñas de poca producción. Apenas contiene THC pero su nivel de CBD es alto, al igual que su aroma, por lo que es bastante utilizada en la industria del incienso y esencias artesanales. 

Por su área nativa de desarrollo es una planta muy resistente. Lo más asombroso de esta variedad de marihuana feminizada es el hecho de ser autofloreciente por naturaleza, es decir, que florece en base a su edad, no a los cambios de luz. Los criadores la utilizan mucho para crear cepas autoflorecientes a partir de variedades fotodependientes.  

Híbridas

Las plantas hembras más cultivadas actualmente son híbridas. Son una fusión de variedades sativas e índicas con el fin de conseguir cepas nuevas con las mejores cualidades de las seleccionadas. Estas funciones las realizan constantemente los bancos de semillas para ofrecer a sus clientes versiones mejoradas de las variedades clásicas. 


Los objetivos más comunes de hibridar marihuana feminizada son reducir el tiempo de floración en una sativa, otorgar sabores exóticos a variedades tradicionales, y aumentar la producción en una sativa. Para conseguir los mejores cruces y de mayor calidad se seleccionan sólo los fenotipos que hayan logrado desarrollar las mejores características de los parentales.

Cómo cultivar marihuana feminizada

Prácticamente cualquier variedad de marihuana feminizada es apta para ser plantada en exterior y en interior. Aunque, según el lugar elegido, el cultivo tendrá unas características u otras.


Cultivo en interior

Cultivar en interior supone ajustar personalmente las horas de luz y oscuridad del cultivo. En general, durante la fase de crecimiento, la marihuana feminizada necesitará un aporte mayor de sol, por lo que los focos han de dotarlas de 18 horas de luz. Pasar a la fase de floración supone cambiar la iluminación a 12/12, simulando un horario otoñal.

Sin embargo, habrá plantas que con pequeñas variaciones de esta regla conseguirán mayor rendimiento. Aunque es cuestión de experimentar poco a poco. Bajo los cuidados básicos y las horas de luz correcta, es fácil conseguir una buena producción.

Cultivo en exterior

El cultivo exterior de la marihuana feminizada supone encontrarse en una zona de clima óptimo para la variedad escogida. Si no se cultiva en un clima adecuado, con las horas de luz y oscuridad necesarias, será imposible conseguir los mejores resultados. Además, es muy importante cultivarla en el momento preciso para poder cosechar antes de las heladas y no exponer a las plantas a temperaturas adversas, evitando el estrés negativo y el moho en los cogollos. 


Por supuesto, tanto en el cultivo de marihuana feminizada interior como exterior, habrá que proporcionar a las plantas los nutrientes necesarios bajo un pH controlado mediante el tipo de abono para marihuana adecuado, así como  mantenerlas a temperaturas alrededor de 21 ºC y una humedad de 40-50% a partir de la floración. 

Las semillas de marihuana feminizadas son las más cultivadas a nivel mundial, no obstante, existen muchísimas cepas diferentes con características específicas para que todo autocultivador pueda acceder a plantas con sus efectos, aromas y sabores preferidos.

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