Errores al germinar semillas de cannabis

Germinar la semilla es el primer paso para conseguir un cultivo de plantas de cannabis. Además, es uno de los procesos más importantes, pues una mala germinación puede reducir la calidad de la semilla e incluso perderla por completo. Muchos cultivadores fallan a la hora de elegir el método, o durante el proceso de germinación. También cuando hay que sembrarla para que nazca el cotiledón. Sin duda, es un momento complicado, y en este post se van a detallar los errores más comunes al germinar semillas de cannabis.

Sumado a múltiples factores, como la experiencia del cultivador, la zona donde se vaya a cultivar o el método de germinación, tiene gran importancia la calidad de la semilla. El banco de semillas Mr. Hide Seeds cuenta con una amplia gama de variedades, galardonadas por todo el mundo. Estas genéticas son de una increíble calidad, y ofrecen una tasa de germinación alta, siempre que se sigan las pautas indicadas. 

Los errores habituales al germinar semillas de cannabis

Elección del método de germinación

Esta elección marca el resultado final, y también es un indicativo del tipo de cultivo que se va a seguir. Existen numerosos métodos para que las semillas germinen, y cada cultivador elige el que más se ajusta a sus conocimientos y/o necesidades. Entre las variantes más utilizadas para la germinación, destacan:

  • En vaso de agua: En este caso, se añade agua templada (25º C) en un vaso de agua y se introduce la semilla en el interior. En un par de días, la radícula debería de haber salido y será momento de introducirla en la maceta. Con este método encontramos varios problemas: que el agua utilizada sea de mala calidad, con muchos minerales o un pH y EC descompensado, dejarla demasiado tiempo dentro del agua, o pasarse con la dosis de agua oxigenada, utilizada para evitar la infección. Para evitar todo esto, lo recomendable  es vigilar cuando la semilla se haya abierto, y si la raíz mide más de 2 cm, colocarla en el sustrato.

  • En Jiffy: Estos discos deshidratados sirven de primer hogar para muchas semillas, ya que, una vez humedecidos, se convierten en sacos de tierra para germinar. Es habitual utilizarlo en cultivos hidropónicos, pero esta turba puede generar problemas: una humedad excesiva provoca el ahogamiento de la semilla, del mismo modo que prensándolo demasiado o acotando su espacio. Tampoco se debe enterrar demasiado la semilla, ni variar demasiado la temperatura o introducir más de una semilla dentro. La clave reside en esperar a que el cotiledón esté formado, y ya introducirlo en una maceta más grande. También conviene controlar los riegos, para no humedecer en exceso el medio, ni ahogar la semilla.


  • En algodón o papel húmedo: Es, sin duda, uno de los métodos más extendido entre los cultivadores. Introducir papel de cocina o algodón en un tupper, humedecerlo e introducir la semilla. Después se tapa y se coloca en un lugar con una temperatura entre 25 y 28º C. Sin embargo, puede haber varios errores en el proceso: dejar crecer demasiado la radícula provoca que se fije al papel y no se pueda separar luego, una variación de la temperatura o exponer la raíz al aire durante un tiempo prolongado. La semilla de marihuana es muy sensible a cambios bruscos y al roce, por lo que se debe manipular con mucho cuidado. 

La humedad en el medio de cultivo

Cuando se introduce la semilla en el medio para la germinación, la humedad del ambiente provoca las reacciones necesarias. A las horas o días, en función de las condiciones, las semillas y demás factores, la semilla se abrirá y la radícula saldrá al exterior. No obstante, un fallo muy común es descuidar los niveles de humedad dentro del recipiente. Si se seca, la semilla dejará de absorber la humedad y cesará su actividad, provocando que no termine de germinar. 

Lo más conveniente es controlar la humedad, manteniendo los valores sobre el 70%. Esto se debe acentuar cuando se utilicen mantas térmicas o calentadores para ajustar la temperatura. Este calor elimina la humedad con mayor rapidez, y será imprescindible hidratar el medio de germinación, para mejorar la tasa de germinación. Es recomendable conservar una temperatura de 25 - 28º C durante todo el proceso.


Germinar en tierra o maceta directamente

Tal y como se ha comentado con anterioridad, la germinación tiene varios métodos “artificiales” para producirse. Sin embargo, el proceso “natural” es el de introducir la semilla directamente en tierra. No es más o menos recomendable germinarlas así, ya que es el proceso que durante miles de años se ha seguido, pero puede provocar problemas si no se atiende al proceso. 

Al plantar la semilla para germinar directamente en tierra, se deben tener en cuenta varios aspectos. En primer lugar, la tierra tarda de media 24/48 h en secarse, lo que dificulta saber cuánta agua necesita. Regar demasiado el suelo puede desplazar, sacar al aire libre o hundir la semilla, impidiendo su correcto desarrollo. Asfixia, exposición a luz directa, falta de oxígeno, contaminación por el suelo, hongos, variación drástica de las temperaturas. 

Dónde y cómo colocar la semilla germinada

En el caso de que la germinación se haya producido, el resultado es una radícula saliente de la semilla. El siguiente paso sería sembrar las semillas, y proceder a realizar el cultivo de marihuana. Ahora, este momento da lugar a ciertos errores que pueden desbaratar el futuro de la planta. 

La colocación de la semilla en el sustrato tiene un orden. De lo contrario, la raíz se desarrollará hacia arriba y el cotiledón hacia abajo, provocando la muerte de la misma. La corona de la semilla (la parte redonda) debe ir arriba, y la radícula bajo. Así, su crecimiento se producirá de forma estable. También es importante no enterrar demasiado la semilla. La distancia idónea son unos 2 cm, habiendo regado el sustrato previamente, y no después. A medida que el tallo crezca, lo recomendable es enterrarlo poco a poco, para que crezcan más raíces y se alimente mejor.


Evite errores y consiga cultivos de calidad

Los errores son algo común dentro del cultivo de plantas de marihuana. Ni los más expertos están exentos de cometerlos. Sin embargo, se debe aprender de ellos y evitarlos a toda costa para no dañar las cepas. Si el proceso de germinación y sembrado se ha realizado de forma satisfactoria, la planta estará mucho más preparada para su crecimiento y floración. La paciencia, la limpieza y el control son la clave para un proceso de germinación exitoso.

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