Trucos para aprender a regar las plantas de marihuana

El 90% de los problemas en las plantas están relacionados con el riego, por lo que si conseguimos entender y regar de manera beneficiosa para nuestras plantas no tendremos ningún problema para obtener cosechas de calidad. 

Tener dudas sobre cómo y cuándo regar el cultivo de marihuana es bastante habitual, ya que nos asaltan dudas, ¿estaremos regando de más?, ¿aplico fertilizantes?, ¿qué cantidad de agua utilizar?, ¿cuál es el PH correcto? Todos estos factores influyen directamente en los frutos que se cosechan, lo que puede provocar una mala experiencia. Pero no te preocupes porque si sigues leyendo aclaramos todas las dudas y algunas claves y trucos para aprender a regar las plantas de cannabis.

Trucos para regar las plantas 

El agua

A la hora regar, lo más importante es pensar con qué agua vamos realizar el riego, porque estará condicionado por sus valores de  PH y EC. Siempre que se pueda, lo mejor es empezar con un agua base con un EC inferior a 0,4. Para comprobar esto necesitaremos un medidor de EC. Para ello habrá que coger una muestra del agua que vayamos a tener disponible durante el cultivo, y comprobaremos sus valores. 

Si estos están fuera de un rango aceptable, lo más recomendable es adquirir un filtro de osmosis inversa, un producto económico y fácil de instalar. Con él, se puede disponer de un agua con una EC cerca de 0,0. Al agua con un valor tan bajo hay que añadir calcio y magnesio, hasta subir la EC a 0,4. Es necesario alcanzar este valor en todos los riegos indistintamente  de si utilizamos fertilizantes o no.

Muchas personas utilizan el agua del grifo sin comprobar los valores. Hay que tener en cuenta que en muchas ciudades el agua contiene mucha cal y demás minerales, los cuales no permiten aplicar la tabla de nutrición correcta. Si se aplicara, habría problemas de sobrefertilización y saturación de minerales en el medio de cultivo. Para solucionar este problema lo mejor es utilizar un filtro de osmosis.

PH

Para que los nutrientes puedan ser absorbidos por las raíces, el agua que les proporcionamos tiene que tener un valor de PH determinado, el cual varía dependiendo del medio de cultivo a utilizar.

  • Cultivo en tierra, valores de PH recomendados: 5,8 - 6,5.

  • Cultivo hidropónico, valores de PH recomendados: 5,5 - 6,0.

EC

A pesar de lo que muchas personas piensan, el agua no es conductora de la electricidad, lo son los minerales que esta contiene. Midiendo el nivel de conductividad eléctrica que tiene el agua, se puede determinar la cantidad de minerales o nutrientes que está contienen. Por lo tanto, sabiendo el valor de EC del agua con la que se parte, se podrá controlar la cantidad de abono a diluir en el agua para llegar a la EC deseada en cada momento. Dicho de otra manera, la EC son los minerales que hay en el agua, es decir, es la comida que hay en el agua disponible para nuestras plantas. Un medidor de EC permite medir, controlar y ajustar los valores según las necesidades.

Una vez se comprende que la EC es la cantidad de  nutrientes con los que se alimentan las plantas y el rango de PH es un valor que hay que ajustar para que estos alimentos puedan ser absorbidos por las plantas, tendremos mucho adelantado.

El riego

A la hora de regar se intenta imitar el efecto que produce el agua de la lluvia al caer sobre la tierra, es decir, en pequeños chorros repartidos que hidratan el sustrato y lo oxigenan. 

El efecto contrario al que se consigue si volcamos la jarra de agua de golpe sobre una maceta. En este caso, se saca todo el oxígeno del sustrato, lo cual es bastante contraproducente. Para conseguir el efecto deseado al regar, lo mejor es una regadera o lanza de riego con distintas opciones para configurar la salida del agua, para adaptarla según las necesidades de la planta. Este método bien utilizado es muy agradecido y recompensado por las plantas.

Para que el sistema radicular esté sano y bien desarrollado, hay que tener un buen ciclo seco/húmedo, de manera que las raíces nunca están ni mucho tiempo húmedas, ni mucho tiempo secas. Así se consigue estimularlas, creciendo en busca de agua y  absorbiendo nutrientes continuamente.

Si las raíces están mucho tiempo encharcadas, estas se pudrirán. Asimismo, se favorece la aparición de hongos, llegando incluso a marchitarse la planta. Sucede lo contrario si la planta sufre un estrés hídrico prolongado, ya que las raíces se secarán y morirán, marchitándose la planta. Por lo tanto, la frecuencia y cantidad de riego es algo determinante para un cultivo de éxito.

¿Por qué es importante regar cuando va a comenzar el día?

Es muy recomendable regar a primera hora de la mañana o justo cuando se encienden las luces.  De esta manera, las plantas disponen de agua y nutrientes en los momentos que más falta le hace, para poder realizar el proceso de fotosíntesis. Con las luces apagadas, es conveniente que el sustrato esté más seco para evitar problemas de hongos y podredumbres de raíces. 

Hay que regar con la cantidad de agua justa que permita regar un día sí y otro no aproximadamente. No es bueno regar en abundancia y después estar 5 días sin regar.

Invertir tiempo en regar es algo más que recompensado por las plantas y por ende se ve reflejado en la producción final, afectando tanto a la  calidad como a la  cantidad de la misma. Por ello no se recomienda realizarlo con prisa, sino que se debe observar muy bien las plantas, ya que no cada planta se desarrolla  de diferente manera, necesitando cada una una cantidad de agua y fertilizantes específica.

Para determinar la cantidad de agua que tenemos que utilizar para cada maceta solo tenemos que ir sopesando las mismas. Una de las formas más comunes, sencillas y efectivas para comprobar si las plantas necesitan agua es levantando la maceta. Así se puede notar la diferencia de peso entre cuando está seca a cuando está regada, la cual es más que notable.

En caso de tener dudas sobre si es conveniente regar o no, se aconseja no regar ese día  y esperar al día siguiente a primera hora.

Cada planta necesita una cantidad diferente de fertilizante, sobre todo en la 4º/5º semana de floración. Para controlar la cantidad de fertilizante que aplicamos a cada ejemplar, se recomienda preparar un cubo con la EC máxima necesaria. Una vez regado el grupo de plantas que más fertilizantes necesitan, se aplica más agua de osmosis en el cubo de riego, disminuyendo así la proporción de fertilizantes diluidos en el agua, lo cual permite regular el PH y comprobar el EC. Se riega el grupo de plantas que no necesitan tanto fertilizante y así sucesivamente, realizando la misma acción las veces que sea necesario.

Si las plantas están un día sin regar necesitándolo, se agacharán las hojas e  incluso las ramas enteras, pudiendo sufrir estrés hídrico. No obstante, una vez se le proporciona el agua y se hidratan (siempre que el tiempo no sea excesivamente prolongado). 

Mientras que un exceso de riego en las plantas no podrá disipar la humedad y esto puede crear podredumbres en las raíces. Todo ello estanca el desarrollo de las plantas, favorece la aparición de hongos. Asimismo, secar el sustrato puede ser muy complicado si nos excedemos con el riego o no tenemos un agujero de drenaje en las macetas, algo imprescindible. Para ello se recomienda poner dos dedos de arcilla expandida en el fondo de la maceta para favorecer tanto el drenaje,como la oxigenación de las raíces.

El agua, al igual que los fertilizantes, si nos pasamos aplicándola, no hay manera de retirarla, mientras que si les falta  siempre se puede aplicar más.

Algo que también ayuda de manera notable en el desarrollo y por ende en el producto final es la temperatura del agua a la hora de regar, siendo la más óptima entre 20-23º.

¿Qué cantidad de agua se debe utilizar?

Como norma general siempre hay que regar en proporción al tamaño de la maceta, no de la planta e ir incrementando la cantidad conforme la planta se vaya desarrollando. La proporción normal de agua es de un 10% del volumen de la maceta. Con dicho porcentaje se riega todo el sustrato. Dicho de otra manera, con un litro de agua hidratamos una maceta de 10L. 

Curiosidades

En Japón hay muchas escuelas de iniciación al cultivo de bonsáis, al igual que en España las hay de fútbol. En dichas escuelas,el primer día te dejan realizar pequeñas podas en los bonsáis. No obstante hasta el cuarto año no dejan regar, lo cual demuestra la importancia que tiene el riego en las plantas.

 

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